Edificio cuyo origen se sitúa entre los siglos XI y el XII. A lo largo del siglo XVIII se remodeló sustancialmente, con un apuntalamiento y reforzamiento, además de la construcción de dos capillas laterales. Un rasgo diferencial que presentan las capillas es su ubicación. Están situadas a media nave, el mejor sitio para reforzar la pared desplomada, lo que resulta en una planta de cruz griega en vez de latina como el resto. También difieren por la forma semicircular peraltada, en lugar de la rectangular habitual. En el paramento es notable su aparejo en opus spicatum de piedra local ligada con abundante mortero de cal. El arco del ábside y las jambas presbiterales se vieron afectadas en el siglo XVII para instalar un retablo destruido en 1936.

Las últimas tareas de restauración finalizaron en 2008.