Estáis delante de un edificio del siglo XII del románico más notable de la Cerdanya. La calidad de los sillares, con los que está construido nos obliga a prescindir de los cuerpos laterales añadidos con posterioridad y de factura chapucera.

El ábside está dividido en cinco cerraduras por dos medias columnas y dos pilastras adosadas que arrancan del basamento y terminan en capiteles decorados que se entregan al friso de dientes de engranaje, el cual está sostenido por ménsulas también decoradas. El ábside tiene dos ventanas, la meridional (escondida), y la central decorada con medias bolas.

La fachada de mediodía presenta una cornisa que descansa sobre ménsulas esculpidas, principalmente cabezas de distinto tamaño y factura. Aquí encontramos la magnífica portada, la más monumental de las que se conservan en la Cerdanya. Está esculturada en un cuerpo que sobresale y que está rematado por un guardapolvo sobre ménsulas. Consta de cuatro arquivoltas en degradación con 3 arcos tóricos que descansan sobre columnas de capiteles esculpidos. El arco del medio presenta el motivo esculpido de una cinta enrollada y la primera arquivolta está decorada con un ajedrezado seguido de un bordón con medias bolas. Aún conserva tres ménsulas que aguantan el porche.

En el Museo del Prado de Madrid se conserva el frontal de altar de madera policromada del siglo XIII proveniente de esa iglesia, donde el Pantocrátor central está rodeado de cuatro escenas, dos representaban la vida de San. Esteban y las demás los evangelistas.