Estáis delante de un edificio de principios del siglo XI. Es un ejemplo del románico lombardo como podéis ver en los arcos ciegos que coronan el tambor del ábside; en este caso descansan sobre unas rústicas ménsulas donde con imaginación se puede identificar algún rostro. El ábside presenta una ventana de doble derrame de arco de medio punto hecha con pequeñas piedras. En 1879 se abrió la puerta de poniente, que conserva los batientes con los herrajes antiguos, y se anuló la puerta románica a mediodía, que hoy sólo es visible desde el interior reconvertida en capilla bautismal.

En la fachada norte encontramos la torre-campanario que carga sobre un cuarto que es un apéndice de la nave de la iglesia, cuya función se ha especulado que podría ser una primigenia sacristía o un almacén de diezmos. El campanario, hecho de buenos sillares de granito, tiene tres cuerpos diferenciados, los dos inferiores son del siglo XIII y el superior repuesto en 1939.